Las amenazas que recibió Alberto Lebbos la semana pasada, para que deje de investigar el crimen de su hija, Paulina, tuvieron el efecto de aumentar la solidaridad de muchos tucumanos, que se acercaron esta tarde a la marcha que todos los martes encabeza el padre de la joven asesinada hace siete años.
Lebbos, como todos los martes, llegó a plaza Independencia, acompañado por familiares de víctimas de la impunidad, agrupaciones políticas y de derechos humanos y decenas de personas que fueron por su cuenta.
Hace unos días, el padre de Paulina, la fiscala Adriana Gianonni, quien investiga una presunta sedición de policías antes y durante los saqueos de diciembre en Tucumán y el secretario de Seguridad, Paul Hofer, fueron amenazados vía telefónica. Y en todos los casos el mensaje fue claro: "dejen de joder con la Policía".
Lebbos recibió primero un mensaje de texto en el que lo amenazaban de muerte: "pronto le vas a hacer compañía a Paulina", decía. Luego, para quedarse seguro, el autor de la amenaza lo llamó por teléfono. Un hombre de voz gruesa le dijo: "¿recibiste el mensaje? Si seguís jodiendo con la Policía y con el poder político te vamos a hacer boleta". Y luego cortó.